La ruta Nakasendo atraviesa varios pueblos del valle de Kiso, pero los más conocidos —y mejor conservados— son Magome y Tsumago, que están conectados por un tramo de unos 8 kilómetros que se puede recorrer caminando.
Magome es el punto de partida más habitual, ya que está en la parte alta de la montaña y desde allí el camino desciende suavemente hasta Tsumago. Ambos pueblos pertenecen a la prefectura de Gifu y están cerca de la ciudad de Nakatsugawa, que funciona como base para quienes quieren hacer el recorrido.
Nosotros salimos temprano desde Nagano en shinkansen rumbo a Nakatsugawa, el punto intermedio desde donde parten los buses hacia Magome.
Habíamos reservado una noche en un ryokan (posada tradicional japonesa) a solo una cuadra de la estación, lo que nos resultó muy práctico para dejar las valijas y aprovechar el día completo.
El trayecto en tren duró alrededor de dos horas, y desde la estación de Nakatsugawa se puede tomar un bus local hasta Magome, que es donde comienza la caminata.
Los buses salen de unas paradas junto a la estación, y allí mismo compramos los boletos —nos costaron unos 800 yenes por persona—.
Mientras esperábamos, probamos un dulce típico japonés: dango, unas bolitas de arroz glutinado que suelen servirse con salsa dulce de soja o cubiertas de harina de soja tostada (kinako).
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